
POR ARIEL VILCHIS
El 2025 pasó rápido, sin embargo, para el municipio de Los Cabos marcó el inicio de la transformación con proyectos de infraestructura estratégica, programas sociales y acciones de seguridad que buscan reordenar el municipio y mejorar la calidad de vida de sus habitantes.
El alcalde Christian Agúndez Gómez y su equipo tienen muy clara la ruta y al cierre del 2025 las obras, acciones y las cifras hablan mucho más que los discursos y superan cualquier narrativa.
El ejemplo más visible está en la movilidad. El paso a desnivel en la glorieta de Fonatur no es sólo una obra simbólica, es una intervención estratégica en uno de los puntos con mayor carga vehicular del municipio. Ordenar ese acceso impacta a miles de automovilistas y responde a una añeja demanda ciudadana.
El tema del agua, históricamente el mayor pasivo político de Los Cabos, se aborda con números concretos: La Desalinizadora 2 en Cabo San Lucas proyecta una capacidad de 250 litros por segundo, una cifra que por sí sola permite dimensionar el alcance del proyecto dentro del Plan Nacional Hídrico. A ello se suma la recuperación de la Desalinizadora 1, cuya producción se duplicará de manera gradual, ampliando el suministro de agua potable para colonias que durante años dependieron del tandeo. No se trata de resolver todo el problema, pero sí de avanzar.

En saneamiento, el fortalecimiento de la PTAR La Sonoreña 1 y la puesta en marcha de La Sonoreña 2 apuntan a un objetivo medible: proteger el Estero de San José del Cabo, uno de los cuerpos de agua más sensibles del municipio. Aquí el dato no es sólo ambiental, sino político: prevenir un deterioro que tendría costos económicos y sociales difíciles de revertir.
La política social también se mide en escala. El Programa Nacional de Vivienda y la regularización de asentamientos avanzan en brindar certeza jurídica a miles de familias, mientras que la campaña “Bloquetón” fija una meta clara: un millón de bloques destinados a vivienda social. En términos de política pública, fijar metas cuantificables es asumir el riesgo de ser evaluado.
En salud, los números vuelven a ser el respaldo del discurso. La gestión del Hospital Regional IMSS Bienestar contempla 260 camas y atención de tercer nivel, una capacidad inédita para el municipio. A esto se suma el CRIT Los Cabos, con una capacidad inicial para atender entre 300 y 350 pacientes, ampliando la cobertura de rehabilitación infantil en la región.

La seguridad también muestra cifras precisas. La puesta en marcha del C2 incluye 12 Puntos de Monitoreo Inteligente y 108 cámaras instaladas en zonas estratégicas. No garantizan por sí solas la reducción del delito, pero sí establecen una base tecnológica que antes no existía. En paralelo, el fortalecimiento de la Mesa Violeta, la App y el Botón Violeta, junto con más Casas de Medio Camino, refuerzan una política focalizada en la atención a la violencia de género.
Incluso en el rubro urbano y turístico los datos hablan. El programa de pavimentación y “Cazabaches” reporta miles de metros cuadrados intervenidos y más de 3 mil 500 baches atendidos. En el frente ambiental y de imagen urbana, Los Cabos cerró el año con 27 playas certificadas Blue Flag, cinco Playas Platino y la primera Playa Limpia y Sustentable del municipio, además de Playa Palmilla como la primera playa inclusiva, equipada con infraestructura accesible.

En conjunto, las cifras no resuelven por sí solas los problemas estructurales de Los Cabos, pero sí permiten una lectura política distinta. Christian Agúndez y su equipo parecen entender que, en un municipio acostumbrado a la promesa, gobernar con números es una forma de rendición de cuentas.
De tal manera que, con mejoras tangibles y permanentes en la vida cotidiana, Los cabos avanza en la Transformación con Cambio encabezada por el alcalde Christian Agúndez, la ruta está trazada y el 2026 promete.
Ya veremos qué sucede, es mi opinión, al tiempo…