POR ARIEL VILCHIS

La semana terminó con miles de estudiantes de nivel básico sin clases. El motivo de los docentes para dejar solas las aulas ha sido informado con puntualidad, protestan por una reforma a la ley del ISSSTE.

Aún cuando ya se ha comentado que dicha reforma no afecta el salario o prestaciones de los trabajadores de la educación, los paros y las movilizaciones continuarán la semana que entra, lo que tendrá un impacto en miles de estudiantes que continuarán sin regresar a las escuelas. 

Dos cosas son necesarias mencionar de manera puntual: la primera, es que los paros llevados a cabo por parte del magisterio no son legales, es decir, carecen de sustento legal para que los maestros abandonen las aulas. No hay motivo fundado. 

Segundo, querer comparar las actuales protestas (paro y marchas) con la lucha sindical magisterial que en el pasado realizó plantones  (incluso por un año) no tiene sustento. Tan sencillo como recordar que en las  manifestaciones del pasado no se suspendieron clases, no se afectaba a los estudiantes ya que los docentes se turnaban en las guardias y los fines de semana acudían los voluntarios.

Dicho de otro modo, en el pasado el movimiento magisterial se manifestaba, luchaba por sus derechos sin afectar a los estudiantes ni faltar a sus obligaciones. En definitiva, no son iguales. 

Ahora caen en la ilegalidad por paros que no tienen sustento, no se les afecta en el salario como a cualquier trabajador que falta a su empleo y mucho menos ponen en primer lugar a quien deberían deberse: los estudiantes y el derecho a la educación. Ahora el magisterio está de paro sin razón. 

Ya veremos qué sucede. Es mi opinión, al tiempo…