
POR ARIEL VILCHIS
Para la alicaída oposición en México y en Baja California Sur no queda de otra, su desastrosa participación en los comicios pasados es un llamado de la ciudadanía para que reflexionen y cambien. De lo contrario, correrán la misma suerte del Partido de la Revolución Democrática, el cual ya desapareció al no alcanzar el mínimo porcentaje de votación en una fallida alianza con el PAN y el PRI.
El ciclo del partido del sol azteca llegó a su fin después de 35 años de lucha desde la izquierda. En el mapa nacional, gobernaron la actual CDMX, Baja California Sur, Tabasco, Zacatecas, Michoacán, Tlaxcala y Guerrero, lo que en su momento posicionó al PRD como la segunda fuerza política del país. En nuestro estado gobernaron desde 1999 hasta el 2011.
En 13 entidades federativas, entre ellas la Ciudad de México, este partido mantendrá el registro, también seguirá gobernando 63 municipios y entre 8 y 10 diputaciones locales. Aquí en Baja California Sur no tendrán representantes populares y, con ello, se cierra una etapa local y a nivel nacional de la lucha democrática.
En otro de los integrantes de la fallida alianza también se habla de cambios, el Partido Revolucionario Institucional. Desde hace mucho tiempo se viene hablando de profundas reformas, de cambios. Y es que, de ser un partido hegemónico, hoy por hoy será la quinta fuerza política en San Lázaro con 33 legisladores. En menos de doce años perdió mas de diez millones de votos, de tener 11 gubernaturas solo le quedan 2.
En la entidad perdieron el poder en 1999 y no se recuperaron jamás, solo algunas pinceladas en algunos municipios como Loreto y La Paz, así como escasa presencia en el congreso local. Situación que hoy plantea a nivel nacional una reinvención del tricolor, el cual implica que en su XXIV Asamblea Nacional convocada para el 7 de julio se discutan de manera profunda temas como su programa de acción, estatutos y hasta un posible cambio de nombre, logo y el color del partido.
No cabe la menor duda de que en el Partido Acción Nacional volverán a sus orígenes, aquellos que llevaron a su fundador Gómez Morín a asegurar que la lucha histórica del PAN era una “brega de eternidades” en la que la conquista del poder no era urgente ni prioritaria.
Ahora, con un número limitado de legisladores (en Baja California Sur una plurinominal local, una federal y una de primera minoría), trabajarán por el partido en ratos libres esperando, como en el 2011, que alguna figura con peso y talla política se una a ellos y los regrese a sus glorias pasadas, difícilmente sucederá.
Sin embargo, en las próximas semanas, en Acción Nacional estarán mas preocupados por quien controlará al partido en lo nacional y en lo local. Tanto el grupo de Felipe Calderón como el de Claudio X González quieren hacerse de la dirigencia que malogró Marko Cortes. La dirigencia estatal también estará en juego con pronóstico reservado. Sin cambios de fondo, rechazados por la ciudadanía.
La alianza fallida deja saldo de un partido extinto y otro en debacle. El PAN volverá a sus orígenes y, como diría Enrique Krauze, el PAN no podrá presumir de mucho más que una tenaz voluntad de sobrevivir.
Es mi opinión, al tiempo…