
POR ARIEL VILCHIS
Dicen que la derrota es huérfana, sin embargo en el caso de los resultados abrumadores para el panismo sudcaliforniano, la desastrosa derrota sufrida el día de ayer tiene rostro, nombre y apellido.
El panismo no ha terminado de entender que sus días de gloria quedaron muy lejanos y que sus estrategias, discursos y operación política ya no son funcionales ante una realidad que los ha superado y que, hoy por hoy, los aplastó dejándolos en un tercer lugar en la cámara de diputados, por citar un ejemplo.
La derrota panista tiene rostro, nombre y apellido en cada uno de sus malos candidatos en los ayuntamientos de La Paz, Los Cabos y Comondú; y en los distritos electorales, como en el XV distrito local con Marcos Puppo o en el distrito dos federal con Margarita Amalia Salcido, que no lograron convencer a la ciudadania de ser el cambio.
Discursos vacíos, sin contenido y buscando la confrontación, estrategias fallidas plagadas de falsedades o verdades a medias, victimización —que ningún ciudadano compró—, así fue una campaña panista que quedará en el olvido porque no fueron capaces de responder a las demandas de la ciudadanía.
El rostro de la derrota panista siempre estuvo en quienes encabezan la dirigencia estatal, cuyo semblante se ocultó en las listas plurinominales tanto del congreso como en las primeras regidurias, jugaron para perder y así serán recordados.
La otra cara de de la moneda es El triunfo contundente de Morena y aliados coloca a Claudia Sheinbaum como la primera mujer presidenta en la historia de México y una mayoría calificada en ambas cámaras legislativas. En la entidad, Morena y sus aliados ganaron prácticamente todo.
Es mi opinión, al tiempo…