La señal de Salinas Pliego lanzó desde su noticiero central un duro ataque contra López-Gatell. Indignación en las redes. Lecturas en la 4T.

«Como todas las noches, el subsecretario de Salud, Hugo López-Gatell encabezó la conferencia sobre el Covid-19 en México. Pero sus cifras y sus conferencias ya se volvieron irrelevantes. Es más, se lo decimos con todas sus palabras: ya no le haga caso a Hugo López-Gatell».

Con esas palabras, el periodista Javier Alatorre daba inicio a la emisión del viernes de «Hechos«, el noticiero central de la cadena TV Azteca. Se trató de una embestida excepcionalmente frontal que continuó con un video resaltando las acusaciones del gobernador morenista Jaime Bonilla contra el subsecretario de Salud. Siempre bajo el argumento de que -supuestamente- no se está dando información correcta sobre contagiados y muertos en medio de la pandemia.

Alatorre dijo además que existía una «pérdida total de confianza» hacia el funcionario. Una postura editorial que explotó en estas horas por la dureza de las acusaciones, pero que en rigor se viene repitiendo desde hace semanas. Días atrás, en ese mismo espacio se acusó a López-Gatell de generar una pérdida millonaria en dólares por bloquear al sector automotriz. Solo por poner un ejemplo.

También se mostró un largo informe citando a Michael Burry, el famoso operador de Wall Street que anticipó la crisis del subprime en los Estados Unidos. El famoso trader señalaba de irresponsables a los gobiernos que priorizaban la vida del 0.2%, en detrimento de los impactos económicos que sufrirá el otro 98.8% de la población por medidas excesivas y radicales.

Entonces, acaso una primera pregunta sería: ¿por qué TV Azteca llevó sus críticas al máximo nivel, ya casi al punto de una rebelión contra las medidas el gobierno? Esta mañana, entre militantes y algunos colaboradores de AMLO había teorías de todo tipo. La principal giraba alrededor de un presunto rompimiento entre la 4T y uno de los empresarios más cercanos al Presidente: Ricardo Salinas Pliego.

Una primera lectura aseguraba que Salinas Pliego estaba molesto con Palacio Nacional porque su holding aparecía en la lista de 15 grandes empresas deudoras ante el SAT. Otros afirmaban que la caída en los ingresos de sus empresas ya se sentía fuerte por la parálisis que generó la crisis del Covid-19 y que se agravó tras un respetable acatamiento de las medidas de confinamiento. Algo de cierto hay en esta versión.

En efecto, el aislamiento social tiene un impacto muy duro especialmente para los sectores más vulnerables, la base de la pirámide. Y es justo una porción importante de la clientela de los productos del Grupo Salinas, en todas sus variantes: Elektra, Italika o Banco Azteca, entre otras compañías del magnate.

Bajo esta lógica, muchos militantes salieron furiosos en redes sociales a exigir un boicot contra las empresas de Salinas Pliego. Defensores ilustres de la 4T, como John Ackerman, pidieron un «veto» hacia todas las firmas de ese grupo económico. Otros, como el Subsecretario de Gobernación Ricardo Peralta, prefirieron sumarse a una campaña de defensa a la «enorme experiencia profesional» de López Gatell.

Sin embargo, en un nivel más elevado del Gabinete, esta mañana empezaron a circular otras preguntas más interesantes. ¿Acaso Salinas Pliego se convirtió en una suerte de vocero oficioso del Gobierno? ¿Tv Azteca está expresando algunas ideas que el propio López Obrador no puede decir en público? ¿La 4T aprendió de la turbulenta experiencia de Jair Bolsonaro en Brasil?

Varios datos alimentan estas incógnitas. En primer lugar, pese a que la postura anti-cuarentena de TV Azteca lleva largas semanas -desde el inicio de la crisis para ser precisos-, los beneficios para ese grupo no se han congelado en absoluto. Por el contrario, el IFT amplió 30 años la concesión de Totalplay. O la Secretaría de Educación que acaba de otorgarle un contrato millonario a Seguros Azteca, como consignó Proceso.

Existen además otros dos datos cruciales que sólo se conocen en el círculo rojo, y los que LPO tuvo acceso. ¿Qué hacía Alejandro Valenzuela, un altísimo ejecutivo del Grupo Salinas en las reuniones que mantuvo AMLO con los magnates de México la semana pasada? «Nadie sabía por qué estaba ahí, no lo presentaron en ningún momento, no tomó la palabra tampoco. Entró y salió con el Presidente. Como si fuera una especie de auditor-observador», informó a LPO uno de los asistentes

Un segundo aspecto: En el Gabinete se conoció a la perfección el enojo que generó en López Obrador la fallida entrevista que dio López-Gatell a The Economist, en donde reconocía al periodista Richard Ensor que no era posible detectar el 100% de los casos de Covid-19, por lo cual la información brindada era una especie de acercamiento a la realidad.

El caso Bolsonaro

López Obrador ya expresó muchas veces sus dudas respecto al confinamiento total y forzado, una medida extrema que impactaría de forma muy desigual entre los ciudadanos mexicanos. Con unos 50 millones de pobres y 9 millones de indigentes, forzar a esos mexicanos a abandonar sus trabajos informales sería el equivalente a pedirles que dejen de comer. Una idea que Salinas Pliego también expuso en las últimas semanas en sus medios.

Bolsonaro es otro líder que no termina de aceptar las medidas de cuarentena radical. Sin filtros para exponer esas posiciones controversiales, el presidente de Brasil se convirtió con el correr de las semanas en un blanco fácil de críticas, desde los medios de comunicación, gobernadores de su país y hasta integrantes de su propio Gabinete. De hecho, tuvo que echar esta semana a su propio Secretario de Salud porque lo desautorizaba.

Algunos altos funcionarios de la 4T creen que AMLO aprendió de su famoso video, cuando pedía que los mexicanos sigan haciendo su vida normal, saliendo a comer a fondas, y a comprar a mercados. Una postura que mostraba esa preocupación por las pequeñas economías locales e informales, pero que fue criticada de forma internacional.

«Hay que apoyar al presidente, aquí conviene mucho que la oposición fifí se modere porque la alternativa del aislamiento termina en la rapiña y la violencia social», fue -en cambio- la defensa que hizo el propio Salinas Pliego, quien además se hizo eco de un constante argumento del presidente en sus mañaneras: los opositores se estaban aprovechado de la crisis del coronavirus para pegarle al presidente.

«Salinas Pliego es muy astuto. En esta búsqueda de equilibrio entre los objetivos de aplanar la curva -como quiere López-Gatell- y mantener cierta actividad económica para que no haya un desborde social -como quiere AMLO-, su grupo se está consolidando como un vocero oficioso, que hace el trabajo sucio», resumió una alta fuente de Palacio Nacional. La Política On Line