
Por Alejandro Barañano
La historia de un partido que hoy es minoría, esto después de más de 70 años de haber sido hegemonía, tiene un cuestionamiento que muchos se hacen pero que muy pocos se responden: ¿Qué va a suceder con el PRI después de las elecciones pasadas?
Bueno, para comenzar se podría decir que la ancestral soberbia de quienes movían los hilos de ese partido y sus grandísimos intereses personales, son la causa de que sean los únicos en no admitir o no darse cuenta de que el primero de julio perdieron por todos lados.
Tan es así, que ahora los propios candidatos que presentó el PRI para los diversos cargos de elección popular quieren desmarcarse de ese partido, y si hay alguna duda, basta observar lo diminuto que apareció el logo tricolor en la publicidad con que se ahogaron.
Algunos otros hasta se atrevieron incluso a usar el emblema del Revolucionario Institucional en blanco y negro, lo que era evidente que la señal desde a mero arriba era destacar los nombres por encima del partido; y por algo sería esto.
Cuando el Partido Revolucionario Institucional se apoderó del país la gente votaba por los colores y el nombre de ese instituto, y todas las campañas se pintaban de tricolor. Luego, la conciencia ciudadana empezó a fijarse en los nombres, y por ello el PRI se hizo de apellidos ilustres.
A nivel nacional, y después de eso, la tendencia fue buscar a los populares de cualquier campo, el deporte la farándula y los telenoveleros para hacerlos candidatos, o de perdido, consortes de los candidatos.
Hoy en día, esos mismos personajes siendo abanderados del PRI se mostraron temerosos de mencionar en sus discursos al partido, y mucho menos se atrevieron a mostrarlo en su propaganda, o si acaso lo hacían era muy tímidamente.
Después del aquel domingo primero de julio, para quienes se sienten agraviados por sus dirigentes en esta fallida campaña, otro partido comienza a asomar en su horizonte, o quizá porque no, hasta fundar el propio.
A lo mejor el PRI se muere para dar lugar a otro que arrope desde sus cenizas –por no decir desde sus ruinas– a los muchos damnificados políticos que dejó la reciente elección.
De ahí el surgimiento de una opción política de una supuesta «renovación» que más que por méritos propios, se perfila a tener un nuevo espacio gracias a que supo capitalizar a su favor de su amo y señor la galopante ineficiencia, desaciertos y desfiguros de la dirigencia estatal en la media península.
Por eso llama la atención que la “líder priista sudcaliforniana”, Gabriela Cisneros Ruíz, haya dicho que antes de publicar inconformidades y divergencias los militantes deberían hablar de frente, reconocer sus errores y plantear rutas para la recuperación, pues según la magnánima mujer los enemigos del PRI están afuera y obedecen a otras fuerzas políticas y a intereses muy propios.
Pero parece que no puede darse cuenta que los días del PRI están contados, y que se necesitaría ser muy obcecado, muy ciego, o las dos cosas, para no darse cuenta de que hoy por hoy todo lo que huela a ese partido está condenado a la crítica, al escarnio y repudio, y en gran parte esto ha sido gracias a la pésima dirección que la misma Gabriela Cisneros Cuevas le ha dado al PRI, por lo que mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .
COMO EN BÓTICA
«Cabecear para el lado del golpe», es como se dice en el boxeo cuando uno de los pugilistas mueve su cabeza justo hacia donde el otro está tirando su mejor puñetazo, y eso les está sucediendo a quienes refugian sus frustraciones políticas y encontraron consuelo en Isaías González Cuevas, y tal vez por eso los advenedizos del gran amo y señor todopoderoso van a ser los primeros inmolados en la hoguera. . . . Tiempo al tiempo. . . Dice una copla popular: “Hasta los palos del monte tienen su destinación, pues unos sirven para hacer santos, y otros para hacer carbón”. . . Ojala se la aprenda de memoria el tipo que jura y perjura que no hará un gobierno de ocurrencias. . . ¡HE DICHO!