
Por Alejandro Barañano
En su libro “El país de las mentiras”, Sara Sefchovich, realiza un profundo análisis sobre como la mentira es la base de quienes pertenecen a una clase política que hace y promete de todo para adjudicarse el poder y por ende los cargos públicos.
En la actualidad, a los políticos que se encuentran en campaña les da por hablar, prometer o hacer de todo con tal de obtener el voto de los ciudadanos.
Y lo digo porque a tan solo tres días de haber dado inicio el proceso electoral de manera formal, esto entre aspirantes a alcaldes y diputados locales, las propuestas vertidas han sido mediocres, pues no hemos escuchado ninguna proposición seria por parte de ellos y solo se la han llevado hablando de ser cercanos a los ciudadanos o ser incluso la voz del pueblo, esto entre otras mentiras que buscan hacerle creer a la gente que son los verdaderos representantes del pueblo sin que ninguno pareciera entienda la magnitud y la importancia del cargo al que aspiran.
Ha habido, eso sí, una gran cantidad de promesas, y muchas de ellas populistas desde el punto de vista en el que el partido o partidos que representan, pues prometen acabar con la corrupción pero algunos cuando fueron servidores públicos ignoraron todo lo referente a los millones de pesos que fueron desviados del erario a campañas de políticos o a negocios personales.
También prometen justicia y paz, pero sus partidos en gobiernos anteriores resulta que fueron los que iniciaron una guerra cruel que terminó con vidas de inocentes y que hasta la actualidad continuamos sufriendo; prometen también enviar a prisión a quienes cometan acto de corrupción pero algunos de ellos se han visto involucrados en los mismos, demostrando así que la mentira en sus campañas tiene simple y sencillamente la finalidad de manipular al electorado en favor de su proyecto político personal.
Los últimos días todos nosotros como ciudadanos hemos sido testigos ya de una carnicería entre los diversos actores políticos provocando una mera guerra sucia buscando hacernos creer que tal o cual candidato es malo pero que ellos son lo mejor que le puede suceder al municipio o como legislador, pero no nos brindan información certera.
Por eso es importante que otorguen un debate, mismo que deberá servir para que a los electores nos enteren de sus verdaderas propuestas que trae cada uno como candidatos, ello con la finalidad de que se conozcan y se pueda decidir de manera más objetiva a quién se le dará la confianza en las urnas.
Pero ojo, que no sea un debate donde nosotros los espectadores seamos testigos de todo tipo de ataques con tal de perjudicar a uno o al otro, lanzando una gran cantidad de mentiras en cuanto a datos y en cuanto a acciones de sí mismos y de los demás participantes.
Con ese debate nos tocará a los ciudadanos no creer todo lo que nos prometan y nos presenten, nos tocará a nosotros informarnos e investigar sobre sus propuestas, sobre los datos que nos proporcionan y asegurarnos de que sean reales, de que realmente la propuesta de cada uno de ellos pueda ser aplicada y que realmente busque tener un impacto en la vida de los sudcalifornianos.
Así pues, comenzó el proceso electoral local, con una gran cantidad de candidatos a regidores, síndicos, presidentes municipales y diputados locales que vendrán a tocar nuestras puertas, que nos llenarán de volantes con sus proyectos, que tapizarán el estado a lo largo y ancho de propaganda electoral, que nos querrán vender la idea de que son las mejores opciones, que ellos caminan al lado de la gente y que ellos son los que apoyan con una despensa, un tinaco o cualquier otra dádiva; que ellos si cambiaran las cosas aún y que representan un proyecto que de una u otra forma nos ha sumido en la pobreza, inseguridad e injusticia.
La mentira como herramienta de manipulación política se volverá a hacer presente, ni duda cabe, pero nos corresponde a quienes vivimos en la media península rechazarla informándonos, entendiendo cuáles son las facultades y las obligaciones de cada cargo al que aspiran tanto candidato que anda suelto.
La política también puede cambiar con las acciones de los ciudadanos; y ante ello, mejor quien esto escribe seguirá BALCONEANDO. . .
COMO EN BOTICA:
El otro día leí con atención la supuesta filtración que se hizo de una cena con tintes de operación política que convocó Esthela Ponce Beltrán en su propia casa, y tal fue mi intriga que me puse a indagar y percibí que algunas actividades que realiza la todavía diputada federal generan mucha pero mucha polémica; porque resultó que la familia Ponce –como tal– invitó a degustar ciertos platillos a Juan Manuel Verdugo, secretario general del ISSSTE, quien por cierto es amigo de todo ellos desde hace muchos años, resultando con esto que los agoreros y fantasiosos se quedaron con un palmo de narices pues no fueron nada ciertas sus predicciones. . . Otro caso que me llamó mi atención fue ver como “Tano” Pérez salió como cuaco desbocado con botas y sombrero en un cruce de calles de la colonia Santa Fe de la ciudad de La Paz, por lo que invito a tomar previsiones al conducir pues hay más candidatos deambulando que un OXXO en cada esquina. . . Si ven a Manuel Arce Delgadillo felicítenlo, no por su candidatura a diputado por el XV distrito, sino porque está haciendo suela y sudando la “gota gorda”. . . He dicho.