
Por Ariel Vilchis Avilés
- Segunda Oportunidad
“El poder no corrompe. El miedo corrompe, tal vez el miedo a perder el poder.” John Steinbeck
Hoy a medio día el cabildo del H. XV Ayuntamiento de La Paz votará para elegir nuevo secretario general, quien sustituirá la vacante que dejó Isidro Ibarra, ex brazo derecho del alcalde Armando Martínez Vega. En la décima sexta sesión pública extraordinaria de ese cuerpo edilicio con dicho acto se le dará carpetazo al mayor escándalo político de la actual administración y listo a seguir trabajando por el pueblo paceño.
¡Pues no! Armando Martínez Vega tiene sobre su espalda la pesada loza de los señalamientos de posibles actos de corrupción de su ex secretario general, un posible enriquecimiento inexplicable y de malos manejos administrativos y jurídicos al interior de su administración y, por si fuera poco, la alcantarilla que se ha destapado con el caso de la empresa concesionaria del alumbrado público municipal ahora también salpica al director de Servicios Públicos Municipales, Martin Guluarte Ceseña, señalado por los propios trabajadores de hacer uso indebido para su beneficio de los recursos humanos y materiales de esa dirección municipal.
De tal suerte que Armando Martínez debe pensar qué estrategia seguir para componer el barco de su administración, que en momentos parece naufragar y a estas alturas del camino sería buena idea virar un poco el rumbo y subirse a la ola de la transparencia, rendición de cuentas y combate a la corrupción. Es decir, mandar un claro mensaje a la ciudadanía que no tolerará que se haga mal uso del “escaso” recurso del ayuntamiento paceño. Transparentar el recurso que aplican los directores en sus áreas, que poco o nada se sabe. Trasciende, por ejemplo, la exorbitante cantidad de gasolina que disponía Isidro Ibarra, que rondaba los cien mil pesos al mes, por citar un ejemplo. Así como el gasto que realiza el ayuntamiento en pago de proveedores y acreedores.
Interesante sería saber, la declaración patrimonial real de los altos funcionarios del XV Ayuntamiento de La Paz, la de conflicto de interés y la declaración fiscal, la famosa 3 de 3. No vaya a ser que, al concluir la administración, la ciudadanía se dé cuenta que de la noche a la mañana se adquirieron (o construyeron) mansiones a orilla de playa o residencias en fraccionamientos exclusivos como ocurrió en anteriores administraciones.
La oportunidad está ahí, una segunda oportunidad para Armando Martínez alcalde de la capital del estado, de congraciarse con la ciudadanía, de responder a la confianza que le brindó el pueblo paceño y de ser ejemplo de que en La Paz, como en BCS, no se tolerará la impunidad ni la corrupción. Seguramente en sus aspiraciones políticas no tiene cabida el lastre que representa el señalamiento de un mal ejercicio del poder, de una mala administración municipal. La moneda en el aire, al tiempo…
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